La iluminación supone entre un 15-20 % del consumo eléctrico de un hogar. Una bombilla de bajo consumo utiliza hasta un 80 % menos de energía que una incandescente para producir la misma cantidad de luz. Dura 10 veces más, con lo que ahorraremos hasta 120 euros en su vida útil y emiten menos emisiones contaminantes. Si en cada vivienda cambiásemos cinco bombillas incandescentes por lámparas de bajo consumo, conseguiríamos ahorrar 480 millones de euros anuales en electricidad, y reducir más de 3 millones de toneladas de CO2, las que emiten la décima parte de vehículos que hay en Andalucía.